Castillos y palacios en España. Un patrimonio único.

Edificios históricos y propiedades singulares en venta en ciudades y villas medievales, ¿cómo asegurarse una alta demanda?

España es uno de los países que cuenta con un mayor número de cascos antiguos de origen medieval perfectamente conservados.

Así sucede, por ejemplo, en buena parte de las quince ciudades españolas que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Este poderoso reclamo lleva a muchos viajeros a querer alojarse en edificios históricos y propiedades singulares debidamente rehabilitados como hoteles. Pero, ¿qué deben tener en cuenta los inversores para acertar con su apuesta?

El primer factor es el estado de conservación del inmueble.

Aunque la propiedad sea especialmente simbólica y su ubicación resulte inmejorable, si el coste que tiene que asumir el comprador para poner en funcionamiento un negocio hotelero u hostelero es excesivo, la inversión resulta desaconsejable (a no ser que se contemple un horizonte de rentabilidad a muy largo plazo).

También ayuda que las características del edificio histórico sean compatibles con el tipo de negocio que se va a poner en funcionamiento. Determinados inmuebles, por su antigüedad o por los materiales de construcción, encarecen considerablemente las tareas de instalación de circuitos eléctricos, por ejemplo.

Las propiedades singulares deben conectar al huésped con los principales puntos de interés de la zona o, al menos, integrarlo dentro del ambiente del centro de la población en cuestión.

A diferencia de las casas rurales de interior, los viajeros que se decantan por antiguos torreones o casas señoriales en una villa medieval quieren sumergirse por completo en la trama urbana. El acceso directo a una plaza o la existencia de otros edificios históricos en los alrededores contribuye a mejorar el posicionamiento del negocio en los catálogos hoteleros.

Como tercera clave, los inversores no pueden limitarse a promocionar su antiguo palacio o su convento reformado.

Muchas veces, se confunde la singularidad con la antigüedad, que pueden ir de la mano o también pueden ser dos cuestiones totalmente distintas.

Los viajeros pueden encontrar muchas propiedades históricas en las que alojarse, por lo que acaban decantándose por una u otra en función de su exclusividad.

¿Qué es lo que hace diferente al edificio en cuestión?

Potenciar sus particularidades es la mejor forma de conseguir un producto diferenciado en el mercado.