Propiedades y fincas Singulares en Mallorca.

Descubre qué son las possessions mallorquinas, las propiedades singulares tradicionales de Mallorca.


Redacción Lançois Doval

Las possessions de Mallorca: joyas arquitectónicas entre historia, tierra y tradición

Las propiedades singulares tradicionales de Mallorca, conocidas como possessions, representan mucho más que antiguas casas de campo o fincas rurales.

Son auténticos símbolos del pasado agrícola, aristocrático y social de la isla.

Su arquitectura monumental, sus extensos terrenos y su distribución interna las convierten en testimonios únicos de siglos de historia balear.

En la actualidad, muchas de estas possessions han renacido como hoteles rurales, residencias privadas o espacios para eventos, sin perder su esencia.

¿Qué es una possession mallorquina?

Una possession es una gran finca tradicional mallorquina, generalmente de carácter agrícola o ganadero, cuya casa principal adopta una arquitectura señorial, sólida y adaptada al entorno rural.

Estas propiedades se desarrollaron desde la Edad Media y consolidaron su forma y prestigio entre los siglos XVII y XIX, coincidiendo con el auge económico de las explotaciones agrarias de la isla.

La palabra “possession” proviene del latín possessio, y en el contexto mallorquín se asocia tanto a la tierra como a la construcción.

A diferencia de las simples fincas, las possessions combinaban productividad económica, jerarquía social y presencia territorial.

Origen y evolución histórica de las possessions

Las possessions tienen su raíz en el sistema feudal implantado tras la conquista de Mallorca por el rey Jaime I en 1229.

Durante el reparto de tierras conocido como Repartiment, se asignaron vastas extensiones de territorio a nobles y órdenes religiosas que conformaron la base de las primeras possessions.

En los siglos posteriores, especialmente en los siglos XVII y XVIII, muchas de estas propiedades se ampliaron y consolidaron como unidades autosuficientes, gestionadas por familias nobles o acomodadas.

En ellas vivía el senyor (propietario) y trabajaban decenas de personas: missatges (jornaleros), porquers (porqueros), margers (constructores de márgenes), y pagesos (campesinos).

Durante el siglo XIX, con la desamortización y los cambios agrícolas, muchas possessions cambiaron de manos, aunque conservaron su estructura y uso rural hasta bien entrado el siglo XX.

Características arquitectónicas de las possessions mallorquinas

La arquitectura de estas propiedades singulares tradicionales de Mallorca está profundamente vinculada a la función agrícola, la jerarquía social y el entorno paisajístico.

Aunque cada possession es única, comparten ciertos elementos distintivos:

1. Casa principal o “casa gran”

El edificio central suele ser de piedra, con muros gruesos, cubiertas a dos aguas y varias alturas. Suelen tener:

  • Patio central (clastra): espacio abierto que articula las estancias y da acceso a cuadras, capilla o almacenes.

  • Portal forà y portal major: grandes puertas de acceso para carros y animales.

  • Elementos defensivos: algunas poseen torres o almenas, herencia de un pasado donde la defensa ante piratas era esencial.

  • Capilla privada: muchas incluyen una iglesia o pequeño oratorio familiar.

  • Detalles nobiliarios: escudos heráldicos, balcones con barandillas de forja, y zócalos de marés (piedra arenisca local).

2. Dependencias agrícolas

En torno a la casa principal se disponen diferentes estructuras:

  • Almazaras (tafones): para la producción de aceite.

  • Celleres: bodegas para vino, con grandes tinas de madera.

  • Païsses: cobertizos para ganado.

  • Molinos de viento o de agua: integrados o próximos a la finca.

  • Hornos de pan, lavaderos, aljibes y eras.

3. Terrenos y entorno

Las possessions suelen estar rodeadas de centenares de hectáreas de terreno, destinados a:

  • Cultivo de almendros, olivos y algarrobos.

  • Viñedos y huertas.

  • Pastos para rebaños de ovejas o cerdos negros mallorquines.

  • Zonas boscosas y sistemas de bancales construidos en piedra seca, protegidos por la UNESCO.

Usos tradicionales y evolución contemporánea

Tradicionalmente, las possessions fueron centros de producción agrícola y ganadera, pero también espacios de poder social y económico.

El senyor vivía parte del año en la finca, mientras que la mano de obra residente trabajaba la tierra durante todo el año.

A partir del siglo XX, y especialmente desde la década de 1970, muchas possessions fueron abandonadas o puestas en venta, debido a los cambios en el modelo agrícola y a la despoblación rural.

Sin embargo, en las últimas décadas ha surgido un fuerte interés por su recuperación, con diversos fines:

  • Residencias privadas de lujo: muchas han sido restauradas respetando su estructura original.

  • Hoteles boutique y agroturismos: ideales para el turismo slow y de naturaleza.

  • Espacios para eventos, bodas o rodajes.

  • Proyectos culturales, ecológicos o educativos.

Este resurgir ha permitido que las propiedades singulares tradicionales de Mallorca no solo sobrevivan, sino que se revaloricen como activos patrimoniales.

Ejemplos destacados de possessions mallorquinas

Entre las cientos de possessions repartidas por la isla, destacan algunas que han ganado notoriedad por su estado de conservación, uso actual o valor histórico:

  • Possessió de Raixa (Bunyola): ejemplo de arquitectura señorial con jardines italianizantes, hoy propiedad pública y visitable.

  • La Granja de Esporles: convertida en museo vivo, muestra cómo funcionaba una possession en siglos pasados.

  • Son Marroig (Deià): antigua propiedad del Archiduque Luis Salvador de Austria, con vistas privilegiadas a la Serra de Tramuntana.

  • Son Moragues (Valldemossa): finca histórica con producción ecológica de aceite y cosmética natural.

  • Son Forteza (Llucmajor): restaurada como finca vinícola y para eventos de alto nivel.

Patrimonio protegido y valor paisajístico

Muchas possessions forman parte del catálogo de bienes patrimoniales protegidos por el Consell de Mallorca.

Algunas están incluidas en la zona de la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, donde se protege la arquitectura en piedra seca, las terrazas de cultivo y la integración con el medio.

Este reconocimiento internacional contribuye a su atractivo como inversión y a la concienciación sobre su valor cultural y arquitectónico.


Legado y futuro de las possessions mallorquinas

Las possessions no son solo reliquias del pasado, sino testigos vivos de la historia agraria, social y arquitectónica de Mallorca.

Hoy, más que nunca, estas propiedades singulares tradicionales de Mallorca despiertan el interés de inversores, arquitectos, amantes del patrimonio y promotores del turismo sostenible.

A medida que el mundo redescubre el valor de la autenticidad, la sostenibilidad y la conexión con la tierra, las possessions se presentan como una síntesis perfecta entre lo ancestral y lo contemporáneo.

Invertir en su conservación y uso responsable es invertir en identidad, paisaje y cultura.


 


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