Casa solariega en venta en la Montaña Palentina.

Una antigua casona a rehabilitar en la provincia de Palencia: historia, naturaleza y exclusividad en Villalba de Guardo

En el corazón de la Montaña Palentina, una de las zonas más puras y sorprendentes de Castilla y León, se alza una propiedad única que combina historia, nobleza y autenticidad: una casa solariega del siglo XVII, situada en el encantador pueblo de Villalba de Guardo, Palencia.

Más que una vivienda, se trata de una pieza viva de la historia local, una joya arquitectónica que ofrece la oportunidad de recuperar el esplendor de un pasado ilustre en un entorno natural de incomparable belleza.

Un entorno privilegiado: el aire más limpio de Europa

Villalba de Guardo no es un pueblo cualquiera.

Fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la localidad con el aire más limpio de Europa, un título que refleja la pureza y serenidad de su entorno.

Dividido por el río Carrión, este pintoresco enclave se asienta en la base de una ladera donde termina el páramo, ofreciendo unas vistas panorámicas que enamoran al visitante y un ambiente que invita al sosiego.

Su historia se remonta a tiempos visigodos, e incluso romanos, cuando era conocida como Petra urca.

En la Edad Media ya aparecía documentada como “Villaalva”, y según la tradición, fue el propio Almanzor quien la bautizó impresionado por la luz dorada que la envuelve al caer la tarde.

Hoy, esa misma luz sigue bañando las fachadas de piedra del pueblo, creando un paisaje de postal donde la tradición y la naturaleza se entrelazan.

Historia y linaje: la huella del Obispo Cossío Bustamante

La casa solariega, construida en 1647, perteneció a una familia de linaje noble: los Cossío Bustamante, una estirpe profundamente vinculada a la historia religiosa y cultural de Castilla.

Su propietario más ilustre fue Don Isidro Cossío Bustamante, Obispo de Valladolid y natural de la vecina villa de Guardo. Jesuita de formación, su trayectoria quedó marcada por los acontecimientos del siglo XVIII y la expulsión de la Compañía de Jesús durante el reinado de Carlos III.

Los escudos nobiliarios que decoran la fachada de la propiedad —datados en 1780— son testigos de aquel pasado ilustre.

En su interior aún se conserva un retrato original del obispo, de grandes dimensiones (2x2 metros), símbolo tangible de la grandeza familiar y de la importancia histórica de esta residencia.

Incluso la iglesia del pueblo guarda otro retrato de la misma figura, perpetuando el vínculo entre la casa y la identidad espiritual de Villalba de Guardo.

Arquitectura con alma: un legado para restaurar

La propiedad se alza sobre una parcela de 1.592 m², con una estructura rectangular y fachada de revoco en la que destacan los escudos de piedra tallada.

Distribuida en dos plantas, conserva el encanto de las grandes casas castellanas: un zaguán de entrada que conduce a estancias amplias y luminosas, una antigua panera, leñera, despacho, paso de caballerizas, sala de estar, comedor y un dormitorio con baño en la planta baja.

En la planta superior se encuentran los dormitorios principales, alcobas de servicio, baños, hall y salón, conformando un conjunto equilibrado entre funcionalidad y carácter señorial.

La propiedad incluye dos jardines, uno principal y otro posterior, que en su día formaban parte de la zona de recreo de la familia.

Además, existe la posibilidad de incorporar una huerta urbana edificable dentro del mismo municipio, lo que amplía las posibilidades de uso tanto para residencia privada como para proyecto turístico o gastronómico.

Un enclave con infinitas posibilidades

La ubicación de la casa no podría ser más estratégica.

Desde Villalba de Guardo se accede fácilmente a lugares emblemáticos del norte de Palencia como Cervera de Pisuerga, Saldaña o Riaño, además de situarse a poca distancia de los Picos de Europa, uno de los espacios naturales más espectaculares de la Península Ibérica.

El río Carrión, que atraviesa el pueblo, ofrece un entorno perfecto para los amantes de la pesca de trucha y los deportes fluviales.

Asimismo, la zona es conocida por su riqueza micológica, convirtiéndose en un paraíso para quienes disfrutan de las setas y la naturaleza en estado puro.

La Montaña Palentina combina paisajes de bosques, montañas y ríos cristalinos con un patrimonio cultural de primer nivel: iglesias románicas, ermitas, monasterios y pequeñas aldeas donde el tiempo parece haberse detenido.

Una oportunidad para un nuevo proyecto de vida o de turismo rural

Adquirir esta casa solariega en venta en Villalba de Guardo es mucho más que invertir en una propiedad: es apostar por un estilo de vida auténtico, en contacto con la historia y la naturaleza.

Su estado actual requiere una rehabilitación integral, lo que representa una oportunidad excepcional para transformarla en una residencia de lujo, un hotel boutique con encanto, una casa rural de categoría premium o incluso un espacio cultural o de retiro espiritual.

En una época en la que el turismo sostenible y las experiencias exclusivas ganan protagonismo, esta propiedad reúne todos los elementos para convertirse en un referente de turismo de alta gama en la Montaña Palentina.

Su entorno, su historia y su carácter arquitectónico la convierten en una base perfecta para desarrollar un proyecto con alma.

Palencia rural: autenticidad y calidad de vida

La provincia de Palencia ofrece uno de los secretos mejor guardados de Castilla y León.

Su naturaleza intacta, su gastronomía de montaña, su silencio y su cielo limpio hacen de ella un refugio para quienes buscan desconexión sin renunciar al confort.

Vivir en Villalba de Guardo es vivir en un lugar donde el tiempo se mide en estaciones, donde el aire se respira puro y donde cada piedra cuenta una historia.

En resumen, esta casa solariega en venta en la Montaña Palentina representa una oportunidad irrepetible para quienes buscan unir patrimonio, exclusividad y entorno natural.

Con su linaje histórico, su potencial arquitectónico y su ubicación privilegiada, es el escenario ideal para crear un proyecto singular que honre el pasado mientras mira hacia el futuro.

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