He heredado un edificio en Barcelona ¿Y ahora qué?

Cómo afrontar la herencia de un edificio

En ocasiones, la gestión de las herencias se complica.

La presencia de varios herederos y la cuantía del caudal hereditario son condicionantes que hay que valorar antes de tomar cualquier decisión.

Con todo, las dificultades podrían extenderse más allá del reparto de la herencia, sobre todo cuando existe un patrimonio inmobiliario considerable.

Particularidades de la herencia de edificios

Cuando no existe acuerdo entre las partes, la repartición de una herencia puede generar conflictos entre los herederos.

Uno de los motivos es que, salvo en circunstancias muy particulares, todos son dueños del todo.

Esto es, cada uno de ellos tiene derecho a la herencia en participaciones indivisas.

Esta condición se aplica a todos los bienes que conforman el caudal hereditario (bienes muebles e inmuebles, acciones, derechos, ajuar doméstico…).

Por consiguiente, también afectaría a un edificio que se recibe en herencia.

No obstante, este tipo de propiedades presenta una particularidad que la diferencia de otros inmuebles: la posibilidad de constituir un régimen de propiedad horizontal para repartir los elementos privativos de la propiedad de forma proporcional entre los herederos.

Esta característica resulta especialmente interesante cuando se recibe en herencia un edificio y no todas las partes tienen interés por gestionarlo.

La división horizontal supone la adjudicación de propiedades independientes que podrán ser vendidas o alquiladas por cada uno de los titulares del inmueble, siempre que las características del edificio lo permitan.

¿Cómo gestionar la herencia de un edificio en Barcelona?

Como en cualquier otra ciudad, recibir un inmueble en herencia conlleva una serie de implicaciones tributarias. Los dos impuestos fundamentales en la tramitación de cualquier herencia son:

Impuesto de sucesiones:

Es un tributo que se calcula sobre la propia masa hereditaria, teniendo en cuenta la cantidad a la que asciende dicho caudal.

Se suman los bienes heredados, se restan las deudas y se descuentan las bonificaciones que sean de aplicación. En Barcelona estas reducciones varían en función del grado de parentesco, la edad o el grado de minusvalía, en caso de haberlo.

Plusvalía municipal:

Es un controvertido impuesto local por el que se grava el valor de un inmueble desde la fecha de adquisición (compra por parte del causante) hasta la fecha de transmisión (adjudicación de la herencia).

El cálculo de la plusvalía se realiza sobre el valor catastral del inmueble más un porcentaje por cada año transcurrido.

Debido al valor del suelo en la ciudad y a las estrictas condiciones aplicables en las bonificaciones, heredar un edificio en Barcelona puede suponer un elevado desembolso en forma de tributos.

Además, el pago de estos impuestos debe realizarse en un plazo máximo de seis meses a partir de la fecha de fallecimiento del causante, con la posibilidad de solicitar una prórroga de otros seis meses.

Vender un edificio heredado en Barcelona

La gestión de un edificio implica tiempo y conocimientos en la materia. Dependiendo de las características del inmueble y de la existencia o no de acuerdo entre los titulares de la finca, heredar un edificio en Barcelona puede ser un negocio factible o convertirse en un auténtico quebradero de cabeza.

No en vano, muchos herederos optan por la solución más sencilla: la venta del inmueble.

Cuando no existen posibilidades reales de rentabilizar la propiedad mediante el alquiler, o no hay interés por hacerlo, lo más razonable es proceder a su venta.

Hay que tener en cuenta que un edificio sin explotar no solo supone una pérdida de tiempo sino un gran gasto en mantenimiento, seguros e impuestos.

Otro de los motivos para la venta puede ser precisamente este: obtener liquidez para costear los impuestos derivados de otras propiedades heredadas o de las propias obligaciones tributarias vinculadas a la aceptación de la herencia.

En cualquier caso, el mercado inmobiliario de Barcelona ofrece grandes oportunidades tanto a vendedores como a inversores.

Pero es importante ponerse en manos de profesionales para garantizar el éxito de cualquiera de estas transacciones ya que suponen un importante movimiento de capital.


  • Edificios para rehabilitar.
  • Grandes locales y suelo comercial.
  • Suelo y edificios dotacionales.
  • Suelo y edificios industriales
  • Edificios religiosos y docentes.
  • Edificios históricos o emblemáticos compatibles para uso dotacional.
  • Suelo para uso sanitario, geriátrico y docente.
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  • Suelo residencial u hotelero.
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