Un palacio de los tiempos de la ilustración asturiana

La Ilustración fue uno de los movimientos culturales más influyentes de la Edad Moderna, hasta tal punto que no pocos de sus principios (separación de poderes, división Iglesia-Estado...) han llegado hasta nuestro días. El presente palacio en venta en el Concejo de Grados fue testigo de la vertiente más importante de la Ilustración española, la asturiana.

El pensamiento ilustrado español no alcanzó, en líneas generales, el grado de influencia socio-política que sí que alcanzó en naciones como Francia, Inglaterra o las todavía colonias británicas de Norteamérica. Como gran salvedad encontramos a los distintos representantes de la Ilustración asturiana, que tiene su origen en la primera mitad del s. XVIII con la labor de fray Benito Jerónimo Feijoo. Pensador con una prolija producción literaria, Feijoo alcanzó cifras de difusión de ejemplares de sus obras muy poco habituales en aquel momento, sentando así la base para el posterior desarrollo de un verdadera escuela a nivel nacional.

Los textos de Feijoo fueron objeto de verdadera veneración por parte de acaudalados prohombres asturianos, caso de Pedro Rodríguez Campomanes, que financiaron la impresión de algunas de sus obras. En cualquier caso, la Ilustración asturiana, y por ende española, alcanzó su apogeo con la figura de Gaspar Melchor de Jovellanos. Ponente en las Cortes de Cádiz y autor de diferentes tratados sobre la educación, el intelectual gijonés llevaría los principios ilustrados a numerosas ciudades españolas. Su influencia en Asturias se tradujo en la creación del Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía en su Gijón natal. Dicha institución perseguiría la formación de las nuevas generaciones bajo el prisma de la Ilustración.

La casa señorial en venta que nos ocupa puede decir que se levantó en un periodo de especial efervescencia creativa. Casualidad o no, el palacio en venta ha llegado a nuestros días en un excelente estado de conservación tanto por lo que respecta a su interior como a la fachada. Los 400 metros cuadrados del inmueble incluyen un salón notablemente decorado, un gran comedor y, cómo no, una biblioteca. Dividida en dos plantas, la casa señorial alberga detalles como una escalera con forma de caracol y un patio interior. La propiedad incluye una capilla contemporánea al palacio.