Propiedades singulares en la Costa Brava en el punto de mira de inversores internacionales.

La búsqueda de activos inmobiliarios interesantes para invertir a largo plazo no es ajena a una larga serie de tendencias económicas, sociales y demográficas que hacen que algunas opciones sean más recomendables que otras.

Los Senior Resorts o complejos residenciales para personas mayores serían un magnífico ejemplo y la Costa Brava tiene mucho que ofrecer en este sentido.

En primer lugar, el envejecimiento progresivo de la población europea en su conjunto es ya una realidad que requiere de servicios específicos, siendo particularmente evidente en los países del centro y norte del Viejo Continente.

La puesta en marcha de un resort especialmente dirigido a colectivos de jubilados extranjeros es una de las mejores formas de explotar este ingente mercado internacional.

 La demanda de este tipo de infraestructuras por parte de usuarios alemanes, ingleses, holandeses y franceses entre otros se centra sobre todo en zonas en las que la garantía de descanso no reste calidad a los servicios.

La Costa Brava destaca como un marco preferente para la construcción de complejos de esta naturaleza. La tipología es muy variada, pero una de las fórmulas más destacadas es la de las viviendas tuteladas.

 Estos apartamentos ofrecen a los huéspedes la posibilidad de organizarse como una gran comunidad de residentes al tiempo que disponen de la atención necesaria por parte de profesionales.

Se trata de una garantía para las personas mayores que cuentan con la autonomía suficiente como para realizar las tareas propias del día a día, disponiendo de ayuda inmediata cuando surge algún problema. Es un modelo que irá a más en los próximos años.

Lógicamente, el inversor tiene a su disposición otras opciones, como la compra de propiedades emblemáticas o grandes casas de campo, en las que los huéspedes no disponen de un piso particular propiamente dicho pero que también reciben servicios muy completos.

La gran ventaja de los resorts es que dan respuesta a una demanda caracterizada por su alto poder adquisitivo, de ahí que el plazo para rentabilizar la inversión se recorte sensiblemente respecto a otras operaciones inmobiliarias.

Por otro lado, las viviendas tuteladas no requieren reformas más gravosas que las de cualquier otro complejo turístico.

Es preferible la proximidad de la playa a la de las montañas, si tenemos en cuenta los gustos de los potenciales residentes. Los núcleos de población tampoco pueden estar lejos y las conexiones por carretera deben ser óptimas.