Cantabria. Compra y venta de casas señoriales. Armonía y distinción en Castro Urdiales

Los buenos arquitectos consiguen que los edificios recuerden a sus propietarios. En este caso, no cabe ninguna duda de que la presente casa señorial se halla a la altura de sus promotores.

Enclavada en uno de los puntos más bellos de Cantabria como es Castro Urdiales, esta propiedad lleva más de cien años cautivando a propios y ajenos.

La vivienda comenzó a construirse en 1892 por orden de Julio Domingo Bazán, Capitán General de Valencia entre 1916 y 1917. A pesar de disponer de pocos datos sobre la figura de este militar, se sabe que combatió en Puerto Rico y que adquirió cierta notoriedad a su paso por Madrid, Figueras y Valencia. Según se desprende de las crónicas contemporáneas, el Capitán Bazán encargó esta propiedad al reputado arquitecto Eladio Laredo para convertirla en su residencia de verano.

Desde entonces la titularidad de la vivienda ha pertenecido a la familia Bazán, a pesar de que en 2012 el ex alcalde Díaz Helguera solicitase al consistorio su compra.

Eladio Laredo es oriundo de la localidad y uno de los arquitectos cántabros más representativos del s. XX. La Casa del General Bazán, como se la conoce popularmente, constituye uno de sus proyectos más celebrados.

Precisamente, durante la década de 1890 el joven Laredo fue designado arquitecto municipal de Castro Urdiales, cargo en el que se caracterizó por construcciones funcionales y exentas del ornamento que sí confería a sus diseños privados.

Tal fue su fama en el municipio que a pesar de trasladarse a Madrid en 1904 siguió regresando periódicamente para examinar distintas obras locales. En 1911 se encargó de proyectar el pabellón español que lució en la Exposición Universal de Roma.

La casa señorial que nos ocupa evidencia la admiración que Laredo sentía por la arquitectura italiana.

No en vano, la propiedad destaca por la armonía constructiva y la perfecta conexión entre los espacios ajardinados y los edificados, a semejanza de las villas del Renacimiento. Sus dimensiones son igualmente notables, con una parcela de 1.360 metros cuadrados de los cuales 850 están edificados. Declarada como Bien de Interés Cultural, la vivienda presenta unas vistas excepcionales a la costa de Cantabria.