Palacios y propiedades singulares en España.

El Barroco, un arte a medida de los grandes palacios.

Si el Renacimiento supuso el reencuentro de Europa occidental con los cánones y los modelos constructivos de la Antigüedad clásica, el Barroco aportaría una visión radicalmente distinta del arte europeo.

No sería una simple revisión de los postulados grecorromanos sino una corriente pictórica, escultórica y arquitectónica en la que el culto al orden y la armonía se vería reemplazado por la riqueza ornamental y variedad de formas.

Y una de las tipologías de edificios que saldrían más beneficiadas serían los palacios.

A mediados del s. XVI, buena parte de las grandes ciudades europeas actuales ya habían alcanzado un importante nivel de desarrollo demográfico y económico, lo que llevaba aparejado un peso político creciente.

En el caso de España, algunas de las urbes más importantes del periodo se situaban en la mitad sur del país, en parte por la pérdida de dinamismo de las ciudades originarias de Castilla tras la revuelta de las Comunidades y en parte por la canalización del comercio con América a través de Sevilla.

Entre las características formales de los palacios barrocos sobresale la preservación de la simetría renacentista aunque con una ligera tendencia a la ondulación en las líneas horizontales de las fachadas (este aspecto irá a más durante el s. XVII).

También se consigue una mayor sensación de movimiento tanto en el exterior como en el interior, fruto de la incorporación de una fuerte carga pictórica y escultórica en la mayoría de estancias. Paralelamente, algunos palacios jugarán incluso con ilusiones ópticas, al tiempo que aumentará la variedad temática de la decoración.

La abundancia de ventanas y los detalles en materiales nobles como el mármol son otras características que llaman la atención y que contribuyen a que en los interiores de estos palacios se disfrute de una notable iluminación natural.

En la actualidad, los inversores pueden encontrar una amplia relación de palacios barrocos a la venta en ciudades como Sevilla, Málaga, Córdoba o Cádiz. Por sus prestaciones y dimensiones, pueden reconvertirse fácilmente en hoteles exclusivos y estratégicamente situados.