La inversión en edificios industriales en Barcelona.

La rentable segunda vida de una colonia industrial

A mediados del s. XIX, el lento proceso de industrialización que estaba experimentando España dio un pequeño salto cualitativo.

La apertura de nuevas fábricas en el norte peninsular o en los alrededores de Barcelona supuso un impulso para la actividad fabril, con el consiguiente desplazamiento de miles de nuevos obreros.

La colonia industrial, edificio emblemático del periodo, surgió, pues, para facilitar la vida de los trabajadores junto a las factorías.

En la actualidad, las colonias industriales son prácticamente un testimonio del pasado.

Muchas de ellas han desaparecido, demolidas para dar paso a nuevos espacios industriales adaptados a las necesidades del presente. Sin embargo, todavía siguen en pie notables ejemplos de tipo de construcciones.

Y, de manera nada sorprendente, los inversores han puesto el foco sobre las posibilidades de estos amplios recintos. Por ello, las colonias industriales podrían disfrutar de una segunda vida no menos rentable que la primera.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que cualquier antigua colonia industrial que sea puesta a la venta ofrecerá una relación superficie/precio muy por debajo de la media del sector. Así, la inversión inicial no es muy abultada, facilitando que los compradores se lancen a la rehabilitación y reforma de este edificio industrial singular.

¿Con qué objeto? Dependiendo del tamaño y de la ubicación de la propiedad, esta puede convertirse en un hotel de interior o en un tranquilo alojamiento junto a una gran ciudad.

Conviene recordar que la mayoría de colonias industriales se encuentran en valles de gran belleza natural y están muy bien conectadas con diferentes ciudades.

En los últimos años, las instituciones públicas han comenzado a vincular la colonia industrial como un edificio emblemático más de la localidad o región.

 En 2005, por ejemplo, la Generalitat de Catalunya procedió al reconocimiento de algunas de estas colonias como parte del patrimonio histórico catalán.

 Desde entonces, se han aprobado diferentes planes para la reactivación económica de cualquier edificio industrial singular, en ocasiones, con ayudas públicas. Uno de los ejes de estos programas es el impulso de iniciativas empresariales dirigidas al turismo cultural.