Palacios y casa señoriales en venta en Asturias

Un palacio medieval asturiano con una torre del siglo XIV. 

Desde mariscales de Napoleón hasta poetas de la Generación del 27, todo el que conoce el palacio de Doriga en Asturias cae rendido a sus encantos.

Si hay en Asturias un edificio singular que haya sabido sobrellevar con gallardía y estilo el devenir del tiempo, ese es el palacio de Doriga. Declarado Bien de Interés Cultural, es uno de los inmuebles más emblemáticos en la historia del Principado y sus estancias tienen tanto de residencial como de museístico. Se podrían contar mil y una historias de este ilustre lugar en el concejo de Salas, pero solo hay una manera de experimentar toda su grandeza: vivirla.

Edificio singular al abrigo de la naturaleza

Los bosques de las Reservas de Somiedo y Muniellos rodean esta propiedad con más de 11 hectáreas que son, en sí mismas, un espléndido parque natural. Se trata de un enclave estratégico a mitad de camino entre la costa y la montaña, y a apenas 30 minutos de Oviedo y Avilés.

Con sus 1.800 m2 construidos entre la casa señorial y sus anexos, es un espacio lo suficientemente amplio para albergar un negocio de hostelería, la sede de una fundación, un palacio de congresos y convenciones o una residencia con mucho estilo. No en vano, este ha sido su uso habitual, motivo por el que se encuentra en tan buen estado de conservación y ha sabido mantener el encanto y la identidad que solo se fraguan con el paso del tiempo.

Un palacio rural que ha hecho historia

El palacio de Doriga es una propiedad singular que no solo ha ido definiendo su imagen actual a través de la historia sino que ha sido protagonista directa de esta. Su doble faceta de casa señorial y construcción defensiva permitió que funcionara como cuartel general y residencia de uno de los mariscales de Napoleón, escenario de ostentosas recepciones y lugar de encuentro y tertulia de grandes artistas, intelectuales y literatos como Lorca o Ramón Gómez de la Serna.

Tras su paso por varios linajes entre los que figuran ilustres apellidos como los Doriga, los Valdés o los Miranda, este edificio señorial del siglo XIV ha llegado hasta nuestros días con forma de palacio organizado en cuatro alas en torno a un amplio patio central y con la torre original de cuatro pisos delimitando el extremo oriental.

Es una construcción majestuosa tanto por fuera, donde destacan sus robustas fachadas de piedra y el arco de medio punto que da acceso a la propiedad, como en el interior, donde los techos de casi una veintena de estancias conservan el artesonado de casetones, los suelos de madera y parte el mobiliario original del siglo XVI.

En Lançois Doval, consultora especializada en activos inmobiliarios singulares, consideramos que esta propiedad en venta es probablemente una de las inversiones más interesantes de la zona.

Por un lado, porque no necesita reformas para quienes quieran destinarla a uso residencial; por otro, porque ofrece infinidad de posibilidades en el caso de reconvertir sus instalaciones con fines turísticos o empresariales.

Pero sobre todo es un interesante conjunto artístico y arquitectónico para amantes de la historia y la naturaleza.