Una exclusiva finca ganadera en Salamanca. Ocio e inversión a partes iguales.

Encontrar una finca ganadera en óptimas condiciones para su puesta en marcha inmediatamente no es una empresa precisamente sencilla. En cualquier caso, siempre es posible localizar alguna finca rustica como la que nos ocupa que eche por esta impresión. Privilegiadamente ubicada en la provincia de Salamanca, esta propiedad dista escasos veinte minutos de la capital.

A pesar de su estrecha relación histórica con los distintos campos del saber, Salamanca siempre ha tenido en la actividad ganadera una segunda fuente de prestigio. De hecho, las bondades de esta tierra para la explotación agropecuaria vienen mencionándose desde como mínimo la conquista romana. La famosa Vía de la Plata discurría por la actual provincia de Salamanca, nutriéndose por estos lares de distintos productos que ya se cultivaban durante el asentamiento del pueblo íbero de los vettones. Algunos historiadores aseguran incluso que la mítica Tartessos llegó a establecer sus propios itinerarios norte-sur y que Salamanca era una de sus paradas.

En cualquier caso, en la actualidad pueden distinguirse distintos alientes geográficos para la explotación ganadera. De entrada, la topografía de la provincia incluye espacios muy variados. Las dehesas de Santiz son uno de los parajes más importantes de cara a la cría y explotación de ganados de distinta naturaleza. Las zonas menos escarpadas de la sierra de Béjar son también empleadas ocasionalmente para este tipo de actividades. Por lo que respecta a la producción agrícola, las principales tierras de cultivo se sitúan en el Campo de Peñaranda en el caso del secano y en la comarca de Las Viñas en el del regadío. La comarca de La Armuña es también relevante desde esta perspectiva.

La presente finca ganadera cuenta con treinta y nueve hectáreas de extensión, estando poblada principalmente por encinas y árboles frondosos. Los pastos son de gran calidad y ello propicia que el ganado disponga de distintos espacios para alimentarse y pastar. Esta finca rustica está dotada con casa de campo, corrales, cercados con agua corriente y mangas para encerrar así como varias aves. En cuanto al ganado disponible, está formado por treinta vacas berrendas y dos sementales (uno limusín y otro berrendo).